Son días raros...
Raros porque estoy de vacaciones, porque las cosas a veces no salen como quieres, raros porque simplemente te saturas de algunas cosas -aunque no sepas de cuáles- y no sabes exactamente qué hacer para librarte de ellas, si es que de verdad quieres hacerlo.
Raros, que no significa malos. Pero raros, al fin y al cabo. No sabes cuándo vinieron, ni cuándo se irán. Tampoco te preocupa mucho, o te preocupa en demasía, y por eso no te preocupa mucho, precisamente. Por eso son raros.
Raros porque, simplemente, son raros. Así de simple. Raros porque sí.
Y la cuadratura del círculo se completa cuando quedo enamorado de una canción que lleva ese nombre, "Los días raros". Empieza en celofán... y acaba en eco...
No hay comentarios:
Publicar un comentario