sábado, 25 de diciembre de 2010

La Vacaburra


Señoras y Señores: Hoy tengo el pacer de presentarles a la Vacaburra.

Personalmente me declaro fans de este tipo de adjetivos compuestos. ¿Qué cara tendrá el Calientapollas? ¿Será guapa la Chocholoco? ¿Pensáis que será atractivo Juancojones o por el contrario será un hombre repugnante? Lo que está claro es que la Vacaburra es tal y como la ven ustedes en imagen: Gorda y con ubres descomunales. Con la piel a manchas. Con las orejas alargadas y un hocico coronado por unos bigotes de lo más pispendos.

Solemos llamar Vacaburra a señoras con muchos kilos y, muy probablemente, con algunos años a sus espaldas. Suelen ser el vivo ejemplo de la mediocridad, y un claro muestrario de la petardez humana llevada a sus límites más ridículos, en tanto en cuanto dicha petardez no se manifestaría en muestras de un surrealismo absurdo y pintoresco, sino en una antipatía innata y, para colmo, no reconocida, circunstancia ésta que hace que la vacaburra resulte más vacaburra si cabe. Personaje idiota y desagradable donde los haya, suele poblar las tardes televisivas de nuestra España, interrogando a famosos y no tan famosos con un halo de superioridad verdaderamente sonrojante.

Mi última adquisición en vacaburras tuvo lugar la otra tarde en el médico. Fui por primera vez a conocer a mi doctora asignada en Arcos de la Frontera. Cumplía todas y cada una de las caraterísticas físicas y psíquicas anteriormente enumeradas. Me trató con desprecio y no tuvo ni siquiera la educación de mirarme a la cara. Salí de la consulta con un seco "Adios" después de que me despachara en menos de un minuto sin resolver mis dudas. Bajé a información a quejarme y a pedir que me cambiaran de médico porque me negaba a ser atendido otra vez por semejante engendro.

Vacaburra total, la señora. Que le follen.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...