jueves, 23 de diciembre de 2010

Er cani


Queridos amigos y amigas! Niños y niñas! Aquí tenéis a vuestra pesadilla preferida. Sí, sí, aquella que se materializa fácilmente al salir cada día a la calle de vuestra ciudad, sobre todo si esa ciudad está junto a un río que se llama Guadalquivir y tiene una torre almohade que llaman "Giralda"....

Lo habéis adivinado... es er cani! Hasta no hace mucho tiempo observaba a estos seres como el que observa un organismo multicelular a través de un microscopio. Veía muchos, sí, pero eran como extraterrestres para mí. A veces me cruzaba de acera para no coincidir con ellos y no ser deslumbrado por el balnco de los pantalones de su chándal. Reconozco que en alguna ocasión tuve incluso miedo de su presencia. Recuerdo que, una vez, un grupo de estas singulares criaturas comenzaron a merodear a nuestro alrededor junto al "Sopa de Ganso" mientras se burlaban de un amigo de Curro. O aquella ocasión en la que, no muy lejos de allí, un ejemplar de la subespecie "bordes máximus" se empeñó en intentar pegar a mi amigo Jesús sin tener ni siquiera excusas para ello, y tuvo que ser reducido por individuos de su manada antes de que se desencadenara la tragedia. Maravillosos estos canis, sí. Es muy común verlos en pareja a bordo de una moto lo más horrible posible y sin ningún tipo de protección craneal. Se suelen aparear con muchachas de pelo rubio platino de lo más estilosas. Lo más común es que entre ellos se llamen "cari" y acudan juntos a ver películas de acción a los multicines más horrorosos de la ciudad.

Lo que son las cosas, desde que trabajo en esto de la enseñanza, los canis han pasado de ser raros animalitos a entrañables criaturas con las que convivir día tras día. En efecto, me he encontrado con canis en cada IES en que he trabajado (aunque no tantos como los que yo pensaba). Y a veces tienen su corazoncito y todo los pobres. Desde entonces no me dan miedo cuando voy por las calle, y estos tienen que ser como los perros, oye, si huelen el miedo se te acercan desafiantes, y si no, no pasa nada. Así que mira, ya sirve para algo esto de trabajar con los canis. De hecho, cada vez que he llegado nuevo a un centro lo primero que he hecho es intentar crear una buena relación con los malos, para dominarlos a ellos y a todos sus secuaces. Y de veras que funciona. Pues nada, aquí os dejo con mi cani particular, y si véis muchos este finde no le tengáis miedo, que son animalitos del Señor.

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