La niña a la que le gustaban las niñas y el niño al que le gustaban los niños

Esta es la historia de Paula, la niña a la que le gustaban las niñas, y de Saulo, el niño al que le gustaban los niños. Paula y Saulo se conocieron un día en el recreo del colegio. Aunque ella era un año mayor que él, no le importó entablar una bonita amistad con él, dado que ninguno de los dos tenía con quien jugar esa media hora que se hace tan interminable a los niños y niñas que no tienen amigos. Estando Saulo apoyado en un naranjo, llegó Paula y le ofreció su mano. Saulo se la cogió y a continuación empezaron a recorrer el patio en dirección a un hueco que se abría en el muro trasero. No se sabe cómo, pero ambos consiguieron salir. Un mundo nuevo se abría ante ellos. Fuera del colegio, y a esa hora, tan sólo se observaban mujeres con el carro de la compra y algún anciano que volvía de comprar el periódico. Caminaron sin parar con destino incierto. Cruzaron avenidas, plazas, puentes e incluso parques repletos de palomas. No sabían quéLa niña  hacían, ni a dónde se dirigían. Cuando vieron que la ciudad que habitaban terminaba ante sus ojos, se miraron y se preguntaron si habría más mundo fuera de aquello. Y ambos pensaron que sí. Y volviéndose a coger de la mano hicieron una parábola en el cielo como si de figuras de Chagall se tratara, y volaron y volaron.