jueves, 23 de diciembre de 2010

Merche y la oveja


Una fría noche de invierno, estaba Merche tomando unas cervezas en la tasca de su barrio cuando de repente apareció un gitano con una oveja moribunda entre sus brazos. Afirmó con frialdad que la tenía que matar porque ya no la necesitaba. A Merche se le ablandó el corazón y no dudó en decirle al hombre que la oveja se la quedaría ella. Así que una vez que se terminó las cañas cogió la oveja en brazos y se la llevó a su piso, que estaba cruzando la avenida. Allí acomodó como pudo al animal, pero como no encontró cama para él, decidió que dormiría en su misma cama con ella y con su microperrita Pipi, que no salía de su asombro canino.

De buena mañana, Merche salió de su habitación con la intención de desayunar y se encontró en la cocina a la Jenny, una joven embarazada cuyo novio estaba en la cárcel por tráfico de drogas, y que llevaba viviendo en la casa varios meses gracias a la generosidad de nuestra amiga. Cuando la vio allí en la cocina, a Merche se le iluminó la mirada y dijo sonriente: "Jenny, vístete que vamos a dar un paseo por el barrio". Así que, ni corta ni perezosa, cogió a la oveja, le puso una cadena, y salieron las cuatro a la calle para que los animalitos hicieran sus necesidades. La cara de asombro del kioskero y de todos y cada uno de los transeúntes era perfectamente comprensible. Pero Merche era feliz porque una vez más había hecho feliz a alguien. En este caso, a una oveja.

Basado en hechos reales. Dedicado a Ana con todo mi amor!
 
 

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