sábado, 30 de julio de 2011

Los días raros


Son días raros...

Raros porque estoy de vacaciones, porque las cosas a veces no salen como quieres, raros porque simplemente te saturas de algunas cosas -aunque no sepas de cuáles- y no sabes exactamente qué hacer para librarte de ellas, si es que de verdad quieres hacerlo.

Raros, que no significa malos. Pero raros, al fin y al cabo. No sabes cuándo vinieron, ni cuándo se irán. Tampoco te preocupa mucho, o te preocupa en demasía, y por eso no te preocupa mucho, precisamente. Por eso son raros.

Raros porque, simplemente, son raros. Así de simple. Raros porque sí.

Y la cuadratura del círculo se completa cuando quedo enamorado de una canción que lleva ese nombre, "Los días raros". Empieza en celofán... y acaba en eco...

viernes, 29 de julio de 2011

El albañil turquesa


Es bien sabido que una de las aficiones más comunes del gremio de la construcción en España es la de piropear a cuantas mujeres pasean por el entorno de la obra en la que éstos se encuentren trabajando. En los últimos tiempos, dicha práctica está disminuyendo, no tanto porque nuestros albañiles estén menos aduladores, o menos poetas, sino más bien porque la mayoría de ellos se encuentran engrosando las listas del paro, por aquello de la tan conocida crisis del ladrillo.

Que los tiempos están cambiando es algo que nadie lo duda. Que en todos los sitios se cuecen habas, tampoco. Y en este sentido, quiero recordar en esta calurosa tarde de julio al albañil turquesa. Lo llamaremos así por la acertada combinación de colores que siempre presentaba, y en la que destacaba siempre su impoluto casco del color del cielo. Dicho albañil, que por sus proporciones bien habría podido estar sobre una pasarela de moda más que sobre un andamio, tenía la costumbre de divisar sus dominios desde lo más alto del edificio en obras en el que desempeñaba su labor a diario. Recuerdo alguna vez haberme sentido intimidado al mirar hacia arriba y verlo allí, en actitud desfiante, sin apartar la mirada. Recuerdo también otra vez, al volver de desayunar con una compañera del trabajo, cómo al comentarle las extraordinarias cualidades físicas del obrero en cuestión, ésta alzó su mirada para darme su aprobación, e inmediatamente después gritar con toda la potencia vocal que pudo: "Viva el turquesaaaaa".

Pues eso, que viva.

Algunas obras no tendrían que terminar nunca

viernes, 8 de julio de 2011

La Calle del Infierno


En la Feria de Abril de Sevilla, la zona de atracciones se llama la Calle del Infierno. Queda lejos Abril, pero no las ferias, Al menos no quedan lejos las ferias que irán alegrando las vidas de tantas y tantas personas a lo largo y ancho de España durante este verano recién estrenado. Hace pocos días estuve en la feria de Algeciras. Mañana estaré en la de Estepona. Y la semana próxima, en la de La Línea. Todas las ferias son alegres, o al menos eso pretenden. Pero no todas son iguales. En unas, hay casetas. En otras, la fiesta se concentran en la plaza del pueblo. Lo que nunca cambia es la zona de atracciones. Las hay grandes, medianas, pequeñas... pero nunca falta el mosaico de camiones y rulots detrás de los comúnmente llamados cacharritos. Siempre me llamaron la atención los feriantes. Recuerdo que, cuando pequeño. observaba día y noche el montaje de cualquier puesto de turrón en los días que antecedían a la feria del pueblo. Por aquellos mismos años, y hablo de los ochenta, me desvivía por ir a la calle del Infierno de la feria de Sevilla. Aún hoy,.muchos años después, me parece imprescindible. Y comerme una hamburguesa en "La Tartana", que hace las hamburguesas como le da la gana....

Sin embargo, mis recuerdos más felices vienen de mis días de niño. Los cacharritos que más recuerdo son aquellos que se levantaban airosos sobre las casetas rojas y verdes. Pocos quedan ya. La mayoría quedaron obsoletos. Otros se reinventaron. Pero el skyline de finales de los 80 era el que véis: La Barca Vikinga, La Nube, El Anillo, el Martillo, el Tapiz, El Tronco... por mucho que me siga gustando montarme en las atracciones más novedosas de la feria después de comerme una hamburguesa como colofón a la noche. siempre preferiría reencontrarme con aquella nube con arcoiris que se elevaba a lo más alto y te ponía el estómago en la boca sin necesidad de darte mil vueltas bocabajo....

Una parte de mí quiso ser feriante....


martes, 5 de julio de 2011

Guapo´s


Desconfien siempre de cualquier establecimiento con apóstrofe. Es una ley no escrita que no falla nunca. Siempre se cumple. Un grupo musical con apóstrofe siempre será un sinsentido hortera y con fecha de caducidad. Una peluquería con apóstrofe será una fábrica de horribles y abominables peinados, de imposibles postizos y de tintes indescriptibles. Al castellano no le sientan bien las apóstrofes. Eso es cosa de yankees. Lo sabemos, pero hay gente empeñada en no entenderlo. Como también hay madres y padres empeñados en poner a sus hijos nombres como Kevin, Jonathan, Yeray, Yesenia, Shauny o cosas aún más inverosímiles. La cuadratura del círculo se habrá producido cuando, años después, alguno de ellos abra un establecimiento que lleve por nombre, por ejemplo, "Yesenia´s Peinados". En ese caso, aconsejamos salir huyendo y no parar hasta Nueva Zelanda.

Guapo´s podría haber sido el nombre de una boyband pop, o el de una discoteca gay. Pero sólo es el título de este dibujo. Hace referencia a aquellos que se creen guapos, pero ni con mil apóstrofes lo serían, a pesar de sus cultivados cuerpos. Este año estuve un par de meses yendo, por primera vez en mi vida, a un gimnasio. Comprendí entonces la particular fauna de dicho ecosistema, hasta entonces desconocida para mí de forma directa si exceptuamos alguna que otra incursión televisiva a través de programas como "Callejeros" o "Comando actualidad", por poner dos ejemplos de espacios aficionados a la carnaza. Entendí, como digo, las motivaciones y prioridades de estos especímenes. No faltaban ni una tarde. Solían vestir las camisetas más apretadas que uno imaginarse pueda, dándose la paranormal circunstancia de que apenas sudaban. A veces se reunían en torno a algún aparato de levantar peso en una especie de competición por ver quién más kilos levantaba. No eran, sin embargo, tan competitivos como pudiera parecer, puesto que, cuando la tarea era harto difícil, el levantador era ayudado por otros compañeros, que le cogían de la espalda o le sostenían la cintura para evitar lesiones. Los levantamientos eran casi siempre superiores a los cien kilogramos. Todo el ritual venía acompañado de dolorosas gesticulaciones en la cara y de unos gemidos que, pese a ser de esfuerzo, bien parecían de otro tipo, lo cual hacía atraer mi atención desde la bicicleta estática, haciendo disparar mi imaginación. De guapo´s no tenían nada, como digo, a pesar de que hubiera algún brazo ciertamente fuerte´s.

A veces los veo por la calle. A decir verdad, muy pocas. Estarán el el Gimnasio´s.

lunes, 4 de julio de 2011

Feliz No Cumpleaños, Andrea


Andrea es como una niña mayor. Es capaz de mantener conversaciones más interesantes contigo que cualquier adulto. Claro que, ahora que pienso, eso le pasa a la mayoría de los niños....

Hace unas semanas, Andrea celebró su No Cumpleaños. Durante todo el año había tenido que asistir a los cunpleaños de no pocas personas mayores del trabajo de su madre. Dado que el suyo pasó sin pena ni gloria, y no pudo ser celebrado allá por Navidad, su madre decidió organizarle una fiesta sorpresa que sirviera también como despedida a tan singular año. Entre globos de colores, botellines de cervezas y tupper-wares, Andrea descubrió algunos regalos: Un libro sobre princesas, la autocaravana de los Pin y Pon, el juego de mesa Operación, un balón de baloncesto y dos cuentos. Uno de ellos era un encargo de la madre a dos profesoras de Lengua. El otro era una ocurrencia mía. Esta era la portada. En su interior se sucedían algunas de las historias de este blog, adaptadas, eso sí, a una niña de 7 años. No sabemos si a la niña le ha gustado, ni siquiera sabemos si lo ha leido, pues desde aquel día nada sabemos de dicho regalo. Tampoco sabemos si ha jugado mucho al baloncesto, en aquel piso tan pequeño. Esperemos que este verano tenga tiempo y espacio para leer, ver paints y encestar canastas. En cualquier caso, esperemos que tenga tiempo para hacer lo que más le guste.

Hoy también vale... así que... Feliz No Cumpleaños, Andrea!


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