jueves, 23 de diciembre de 2010

Vanessa la Marquesa


"Vanessa la marquesa,
tipití, tipitesa,
se ha puesto una compresa.
tipití, tipitesa...."

¿Qué ridículas eran las canciones infantiles, verdad?

Fijaros otra: "Qué bien ns lo pasamos echando migas a los patos... mientras más migas les echamos, mejor nos lo pasamos..."

Estas canciones pueden perfectamente ser el origen de grandes historias. Y si no fijaros en una cosa: No recuerdo yo cómo seguía la canción, pero con lo que tengo es que me imagino una historia detrás de esa pobre mujer (bueno, lo de pobre es un decir; recuérdese que es marquesa). Una señora infeliz, encerrada en su lujoso palacio bajomedieval, que, viendo que su menstruación es cada vez más intensa, decide asomarse a la ventana para gritar con una mezcla de euforia y desenfreno:"Santa Isabel, Santa Ana y Santa Sigfrida del Perpetu Socorrooooooooooooo, enviadme desde el futuro una compresa en condicioneeeeeeee". Y en ese momento aterriza una nave espacial de color rosa furcia en los jardines, y tras abrirse una puerta con forma de "Hello Kitty", se asoma una mujer verde pero con el peinado de la Duquesa de Alba, y le entrega en mano esa comprsa tan deseada. Una vez la nave vuelve ascender hacia el espacio sideral, la Marquesa vuelve a su cama y cuidadosamente se pone la compresa en lo que eufemísticamente puede llamarse "capilla ardiente". En ese mismo instante, su vestido empieza a cambiar frenéticamente de los colores más variopintos que puedan figurarse. De la espalda empiezan a surgir, sin orden ni concierto, margaritas de intensísimos olores, y en menos de dos minutos, es capaz de hablar las lenguas de todos los países que participan en Eurovisión.

P. D.- Para historias del mismo tipo: Léase "La Biblia"
 
 

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