martes, 28 de diciembre de 2010

Europride


Este año estuve por primera vez en el Orgullo Gay de Madrid y fue toda una experiencia. Las carrozas eran divinas, eso está claro, a cada cual más marchosa y más llena de musculocas (me pregunto yo si harán limpieza étnica a la hora de acceder a ellas). Sin embargo, mi carroza preferida no llevaba ni ruedas, ni música, ni purpurina ni condones. No. Los mejores fueron estos dos que os muestro: Una pareja de un chico y una chica que se subieron a la marquesina de una parada de bus urbano con unas pistolas con los colores del arcoiris, cargadas de agua, y unos antifaces morados. Estuvieron durante las cuatro horas que tardó en pasar la cabalgata animando, bailando y disparando agua hacia las carrozas. De vez en cuando volvía a mirar a la marquesina y seguían exactamente igual. Ella levaba un bolso marypoppinesco en el que le cabía de todo, pues nunca les faltaba ni alcohol ni tabaco, y no desfallecieron en ningún momento. Me parecieron los más auténticos de toda la manifestación. Cuando empezaron a pasar los camiones de basura se bajaron de un salto, y santas pascuas.

Para quien pasara por allí, estaban al inicio de Gran Vía, delante de una iglesia (San Hermenegildo, si no recuerdo mal), justo enfrente del Círculo de Bellas Artes y muy cerca del Edificio Metrópolis.

Creo que no se podía estar más orgulloso aquella tarde.

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