martes, 21 de diciembre de 2010

Salismunda Domínguez


He aquí el culmen de los más genuinamente freak en este gontexto (sí, gontexto): Salismunda Domínguez.

Salismunda Domínguez es un personaje de ficción que un servidor ideó en sus años infantiles y casi preadolescentes. El motivo no era otro que inventar una mascota para la pandilla del pueblo, y allá que fui yo, en un arrebato mariconil, con esta cursi muñeca de pelos rizados y mirada distraída. Como si de una campaña publicitaria se tratara (la pandilla había perdido muchos de sus miembros y necesitaba ser lo que había sido antaño), pintamos algunas paredes de casas viejas del pueblo con la pizpireta Salismunda en diversos tamaños, ayudados de unas tizas de colores. Más cutre imposible, pero lo fuerte es que las muñecas no se borraban y perduraron dos o tres años en dichas paredes. Durante el invierno, cuando nos mandábamos cartas l@s amig@s, incluíamos dibujos con la muñeca. En una fiesta de nochevieja (en la que nos sentíamos tremendamente adultos por aquello de haber comprado una caja de cervezas sin alcohol), las paredes de la cochera en la que celebrábamos el festín fueron igualmente decoradas con dibujos de Salismunda, realizados en versiones distintas (vestida de gitana, vestida de puta, vestida de campesina... ). Digamos que estábamos ante una "salismundamanía". Sea como fuere, el caso es que la puta muñeca cumplió su objetvo, pues conseguimos hacer renacer la pandilla, y verano tras verano vuelvo allí y me reencuentro con muchos de ellos. Somos muy pocos los que recordamos a Salismunda, pero hoy quería hacerle este homenaje tan freak, pues aunque Salismunda Domínguez sea eso, freak, kitsch, cursi, ridícula y muchas cosas más, forma parte del recuerdo de algunas personitas y hay que quererla. Claro que sí.


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