La otra noche, al volver a mi casa tras el estreno de "Volver" (quien quiera ver la magia a través de una pantalla de cine que no se la pierda), en una de las múltiples rotondas que pueblan la geografía almeriense, tuve un encuentro con la Guardia Civil, también conocida como Benemérita. Podéis suponer que se me pusieron los cojones a la altura de la nuez, pues aunque no había bebido nada más que dos cervezas, el poder es lo que tiene, que impone. Y los uniformes, claro, siempre tan impecables y tan morbosos al mismo tiempo. No sé qué tengo que en los momentos más tensos es cuando saco mi tranquilidad a flote, pues habltualmente soy un manojo de nervios. Me pidió con su linterna apuntándome a la cara que apagara el motor. Me pidió el carnet de conducir, y se lo enseñé. Me pidió el seguro del coche, y tras avisarle de que "A ver si lo encuentro, que están to los papeles desperdigaos dentro del maletero", lo localicé sin problema, estando todo en orden. A continuación me preguntó si tenía algo de hachís en los bolsillos. Le dije que no (el hombre no estaba por la labor de cachearme, con la de veces que he visto yo esas cosas en las películas de porno -gay o hetero-). Con su linterna volvió a cotillear el interior del coche, sacó un paquete de tabaco vacío que había aplastado en la guantera, y tampoco encontró drogas (es que no llevaba, vaya). Le dije, mu chistoso yo: "Uy, como te pongas a buscar por ahí vamos a tirarnos un ratito, porque mira el desorden de cintas", y me contestó: "Qué va, si está mu limpio el coche". Y yo le dije: "Si, si, mu limpio, pero mu desordenao". Sonrió, y dijo: "Venga, te puedes ir". Como véis, agradable encuentro con el poder, aunque no haya desembocado la situación en una felación ni otras cosas por el estilo que tenemos en el imaginario colectivo viciosillos como yo. Con lo que me pone a mí un uniforme. De todos, me quedo con el de policía nacional, con esa gorra, esos pantalones azules apretaos y esas botas negras... mmmm. Como decía una chirigota gaditana... "Tú no me pones a mi una multa, tú me pones las esposas y me llevas a mí palante"
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