Esta mañana he tenido un bonito viaje en el 2 de Tussam, y al pasar por la Avenida del Llanes he notado que algo faltaba. Era la Isa, claro, que está en Uruguay. Ni que decir tiene que desde que se fue, las múltiples cervecerías del barrio de la Carretera Carmona venden la mitad de sus existencias.
Cuando trabajábamos en el comedor escolar de Mairena, durante aproximadamente un mes, la Chabeli sustituyó a María con mucha eficiencia. Nos íbamos y volvíamos, cómo no, en la Buchinguer. Uno de los regresos más apoteósicos tuvo lugar una tarde en la que, después de haber dejado a nuestra querida Cristinita en la esquina del Burger King de Ramón y Cajal, la Isa se puso a piropearla cual mozo de obra. Al principio, y mientras la pizpireta pelirroja se iba alejando con la expresión cabizbaja para que no la relacionaran con nosotros, las expresiones eran suaves, del tipo: "Qué güena estás, pelirroja" o "Vete por la sombra", o "Que la Magdalena te guíe". Sin embargo, nuestro Volkswagen dobló la esquina, y en esa esquina estaba Cristinita esperando a cruzar por el paso de cerdas. Isa me sugirió que fuera pasando despacio, y, aproximadamente a unos 5 ó 10 kilómetros por hora, la Isa sacó medio cuerpo por fuera del coche, y a la vez que iba golpeando enérgicamente la puerta del mismo, con esa sonoridad a chapa que sólo los coches antiguos tenían, empezó a gritar con una potencia inusitada y sobrenatural: "ILLAAAAAA!!!!, ESTÁS TAN BUENA QUE TE COMERÍA ENTERA Y ME COSERÍA ER CULO PA NO CAGARTE!!!"
Te queremos taco, Isa. No cambies, que nos gustas así, rústica y cool a la vez.
Cuando trabajábamos en el comedor escolar de Mairena, durante aproximadamente un mes, la Chabeli sustituyó a María con mucha eficiencia. Nos íbamos y volvíamos, cómo no, en la Buchinguer. Uno de los regresos más apoteósicos tuvo lugar una tarde en la que, después de haber dejado a nuestra querida Cristinita en la esquina del Burger King de Ramón y Cajal, la Isa se puso a piropearla cual mozo de obra. Al principio, y mientras la pizpireta pelirroja se iba alejando con la expresión cabizbaja para que no la relacionaran con nosotros, las expresiones eran suaves, del tipo: "Qué güena estás, pelirroja" o "Vete por la sombra", o "Que la Magdalena te guíe". Sin embargo, nuestro Volkswagen dobló la esquina, y en esa esquina estaba Cristinita esperando a cruzar por el paso de cerdas. Isa me sugirió que fuera pasando despacio, y, aproximadamente a unos 5 ó 10 kilómetros por hora, la Isa sacó medio cuerpo por fuera del coche, y a la vez que iba golpeando enérgicamente la puerta del mismo, con esa sonoridad a chapa que sólo los coches antiguos tenían, empezó a gritar con una potencia inusitada y sobrenatural: "ILLAAAAAA!!!!, ESTÁS TAN BUENA QUE TE COMERÍA ENTERA Y ME COSERÍA ER CULO PA NO CAGARTE!!!"
Te queremos taco, Isa. No cambies, que nos gustas así, rústica y cool a la vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario