La pirómana. Se parece a una señora mayor que conocí una vez en la feria de Mairena del Alcor. Era del grupo de amigos de un ex, también mayor, aunque no tanto como ella. Me dio la impresión de que bebía más de la cuenta, recuerdo que en pleno apogeo etílico me tiró los trastos y me preguntó si estaba soltero y todo. Vamos, que le gustaban jovencitos, porque podía ser mi madre. Cuando le dije que sí me guiñó el ojo y puso una cara de esas que pone la Carmen de Mairena, ese personaje habitual en "Crónicas marcianas" que dice frases como "No seré electricista, pero mi coño echa chispas", "Qué poderío tengo el coño metío" y demás exquisiteces. La pirómana aparece con su cigarro elevado hacia un árbol y mirando de reojo. Ahora que va terminando el verano me recuerda a la gran cantidad de incendios que hemos tenido en la península, muy especialmente los hermanos de Portugal. A ver si la gente tiene un poquito más de vergüenza, porque el campo pocas veces se pone a arder por antojo. No sé por qué pero pocas esperanzas tengo de que el año que viene no arda ni una sola hectárea. ¡Seré optmimista, qué le vamos a hacer!
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