Lorenzo y la Pionona. Esta tarde marcho para Jabugo, famoso por los jamones, pero también por ellos dos. El año pasado nos deleitaron con un show espectacular en Huelva. Isa, Cristina y yo nos fuimos a pasar el día allí tras nuestra semana en Islantilla y después de almorzar con ellos nos metimos en un pub a tomar cubatas. De allí no salimos hasta que se hizo de noche, con lo que conlleva eso de gasto económico y de ingestión etílica. El simpar Lorenzo se fue poniendo más y más ardiente y empezó a tocar los senos de la gran Pionona cada vez con más descaro, hasta que les entró ganas de orinar a los dos y se fueron al baño.... durante media hora. Luego nos fuimos al piso de ella, y, qué cosas, se ducharon juntos. Los golpes contra la pared retumbaban en toda la casa ante la mirada atónita de la compañera de piso de la Pioniona, todo un ejemplar ibérico de mujer freak. El agua se filtraba por la puerta del servicio e inundaba progresivamente el pasillo de la pequeña casa, hasta que por fin salió Lorenzo, sin camiseta pero con los calzoncillos puestos y marcando aún su tamaño XXL. Una vez vestidos seguía metiéndole mano por debajo de la falda. Desde luego, se merecen mil y un dibujos como este. Esta noche los veo, a ver qué se cuentan.
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