Ya hemos hablado de ella algunos días. Y es que ella ha estado presente en muchas anécdotas, y en otras que quedan por llegar. Ella es Isa, una "showoman" de primera categoría. Unas veces queriendo, y otras sin pretenderlo siquiera, consigue ser el centro de atención, con sus ocurrencias y despistes, creando situaciones ridículas, espontáneas, surrealistas. Ella es Isa. La Isa. Y punto en boca.
El día que cumplió 18 años, Isa decidió entrar triunfalmente en la mayoría de edad. Dado que ella cumple los años en abril, organizó una botellona en la mismísima feria de Sevilla. Ella, que es mú flamenca. El lugar elegido fue en la puerta de la caseta del Distrito Nervión, ese tipo de casetas públicas en las que se da cita lo más granado de los institutos de la ciudad. La noche fue avanzando, y una vez que los víveres de whisky, ron, vodka y ginebra se terminaron, vimos oportuno visitar casetas más íntimas y pequeñas, para beber la bebida por excelencia de la feria: La manzanilla. La mezcla debió resultar explosiva, pues Isa perdía cada vez más el equilibrio. Recuerdo que bailamos una sevillana en la puerta de una caseta y la tuvimos que recoger del suelo ante la mirada de desprecio de un matrimonio mayor, típico exponente de la Sevilla más rancia y clasista. Poco después, el hambre hizo mella en nosotros, y allá que fuimos a un puesto de gofres. Nuestra querida Isa se apuntó uno rociado con chocolate en cantidades industriales. Tal como lo cogió, se lo estampó en la cara, y el chocolate caliente empezó a derramarse por todo su rostro mientras ella sonreía sin inmutarse. Isa y el gofre se fundían en un mismo ente, único e inseparable. Puede que le sentara mal, quién sabe, pues a los diez minutos la teníamos tumbada en medio de la calle con un coma importante, y a la Berre llamando por teléfono a la Cruz Roja. Resultó espectacular la llegada de la ambulancia, abriéndose paso por entre las calles del real. Una vez la reanimaron en el hospital, su despertar fue sublime, pues empezó a reirse de los padres de la Berre. ¡Genial entrada en el mundo de los adultos, querida Chabeli!
Dedicado con cariño a Isa. Si ella es Patty, yo soy Selma. Si ella es Selma, yo soy Patty. Los fumadores más fumadores de toda la pandilla. Ella dice que, sin tener en cuenta el aspecto sexual, soy su pareja perfecta. Estoy seguro de ello. Podríamos compartir piso y no creo que nos peleáramos nunca. ¡También seríamos una familia, cómo no!
El día que cumplió 18 años, Isa decidió entrar triunfalmente en la mayoría de edad. Dado que ella cumple los años en abril, organizó una botellona en la mismísima feria de Sevilla. Ella, que es mú flamenca. El lugar elegido fue en la puerta de la caseta del Distrito Nervión, ese tipo de casetas públicas en las que se da cita lo más granado de los institutos de la ciudad. La noche fue avanzando, y una vez que los víveres de whisky, ron, vodka y ginebra se terminaron, vimos oportuno visitar casetas más íntimas y pequeñas, para beber la bebida por excelencia de la feria: La manzanilla. La mezcla debió resultar explosiva, pues Isa perdía cada vez más el equilibrio. Recuerdo que bailamos una sevillana en la puerta de una caseta y la tuvimos que recoger del suelo ante la mirada de desprecio de un matrimonio mayor, típico exponente de la Sevilla más rancia y clasista. Poco después, el hambre hizo mella en nosotros, y allá que fuimos a un puesto de gofres. Nuestra querida Isa se apuntó uno rociado con chocolate en cantidades industriales. Tal como lo cogió, se lo estampó en la cara, y el chocolate caliente empezó a derramarse por todo su rostro mientras ella sonreía sin inmutarse. Isa y el gofre se fundían en un mismo ente, único e inseparable. Puede que le sentara mal, quién sabe, pues a los diez minutos la teníamos tumbada en medio de la calle con un coma importante, y a la Berre llamando por teléfono a la Cruz Roja. Resultó espectacular la llegada de la ambulancia, abriéndose paso por entre las calles del real. Una vez la reanimaron en el hospital, su despertar fue sublime, pues empezó a reirse de los padres de la Berre. ¡Genial entrada en el mundo de los adultos, querida Chabeli!
Dedicado con cariño a Isa. Si ella es Patty, yo soy Selma. Si ella es Selma, yo soy Patty. Los fumadores más fumadores de toda la pandilla. Ella dice que, sin tener en cuenta el aspecto sexual, soy su pareja perfecta. Estoy seguro de ello. Podríamos compartir piso y no creo que nos peleáramos nunca. ¡También seríamos una familia, cómo no!
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