Ricky Martin de Chipiona. Aquí el homenaje al "chulo-playa" que cada año que contonea su cuerpo anabolizado, su tez morena y su aplastante mediocridad por las costas de nuestro país ante las miradas de las mújeres más ávidas de aventuras sexuales. Aunque parezca lo contario, este ejemplar no está en peligro de extinción, como tampoco lo está su variante, "pepe-piscinas". En cualquier caso, pienso que su presencia es necesaria ya que con ella uno se da cuenta que el verano ha llegado. Muchos incluso caen en la tentación de apuntarse en Mayo al gimnasio más in de la ciudad y posteriormente intentan broncearse lo más posible antes de pegarse el primer chapuzón oficial en aguas mediterráneras y/o atlánticas. No es mi caso. En unas horas marcho a Chipiona a encontrarme con ejemplares como este y en mi maleta no va ni una triste crema solar, algo tendré qué hacer para no convertirme en otro ejemplar playero, el "moreno-gamba". Supongo que habrá buenos bronceadores en las horrorosas tiendas de souvenirs que espero encontrarme. Chipiona me espera, como Ibiza espera a Ana Obregón, para mi primer posado. En dos días vuelvo.
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