Esta mujer-cirial se recorre cada noche (o se recorría) los aledaños del mítico Bar Jota de la calle Luis Montoto agrupando los vasos de tubo de cerveza uno encima del otro, el otro encima del uno, y así sucesivamente. Cuando la altura de la construcción sobrepasa el metro y medio entra en el bar, los deposita en el lavavajillas (o donde sea) y vuelve a salir al exterior a comenzar nuevamente el ritual. Hoy que hace calor en esta ciudad tan cervecera, valga este homenaje a la multitud de personajes sevillanos gracias a los cuales uno muchas veces dice: "¡Esto ná más que pasa aquí!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario