Dado que la moda yankee nos invade, queramos o no, y preferimos una hamburguesa a un plato de papas alioli, y llamar halloween al día de los difuntos, entraré por un momento en el terreno del rebaño y seré políticamente correcto.
Os presento a la materialización vía paint de una de mis últimas y más sorprendentes pesadillas: Iba Gon recorriendo un pueblo semifantasma, con casas pequeñas y encaladas. Las puertas tenían un número cada una, y Gon iba entrando en todas y cada una de ellas. En dichas casas se repetía la misma operación; una televisión, un vídeo y una cinta VHS. Gon veía un vídeo musical, y, una vez concluido, continuaba su rutina y se introducía en otra casa. Al llegar a la casa 83, una mujer de color rosa y con rasgos hidrocefálicos, enana, desproporcionada, y con una coleta rubia y casi pétrea, le atacaba y le mordía en el cuello. Gon se intentaba defender, y una vez controlada la situación, salía a una terraza y arrojaba al deleznable ser por la terraza (anotemos incoherencia típicamente surrealista: La casa era de una sola planta). Al caer la extraña mujer al vacío, se deshacía en mil pedazos que caían sobre el rostro de Gon, con lo que el final de la pesadilla era sumamente desagradable.
Como nota final, mis padres me han dicho que esta noche he gritado en la cama. Sería una pesadilla, supongo, aunque no sé si estaría en ella "La mujer 83", pues no la recuerdo. Saluditos fantasiosos.
Os presento a la materialización vía paint de una de mis últimas y más sorprendentes pesadillas: Iba Gon recorriendo un pueblo semifantasma, con casas pequeñas y encaladas. Las puertas tenían un número cada una, y Gon iba entrando en todas y cada una de ellas. En dichas casas se repetía la misma operación; una televisión, un vídeo y una cinta VHS. Gon veía un vídeo musical, y, una vez concluido, continuaba su rutina y se introducía en otra casa. Al llegar a la casa 83, una mujer de color rosa y con rasgos hidrocefálicos, enana, desproporcionada, y con una coleta rubia y casi pétrea, le atacaba y le mordía en el cuello. Gon se intentaba defender, y una vez controlada la situación, salía a una terraza y arrojaba al deleznable ser por la terraza (anotemos incoherencia típicamente surrealista: La casa era de una sola planta). Al caer la extraña mujer al vacío, se deshacía en mil pedazos que caían sobre el rostro de Gon, con lo que el final de la pesadilla era sumamente desagradable.
Como nota final, mis padres me han dicho que esta noche he gritado en la cama. Sería una pesadilla, supongo, aunque no sé si estaría en ella "La mujer 83", pues no la recuerdo. Saluditos fantasiosos.
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